Cuando hay lágrimas, hay llanto, hay pena.
Cuando hay muerte, hay dolor.
Cuando tenemos miedo, hay angustia.
Es angustia incontenible.
Cuando nos ahogamos, respiramos profundamente.
Cuando el miedo nos inunda, tratamos de nadar y respirar hondo.
Ese aire viciado.
En el fondo estamos, pero el fondo del problema no vemos.
La “inseguridad”.
Hoy es la inseguridad de estar vivxs en este mundo.
La inseguridad es creer que mi libertad depende del encierro del otrx.
La inseguridad es tener miedo hipócrita, individualista.
La inseguridad es respirar aire contaminado, viciado.
La inseguridad de hoy es estar segurxs de que estamos muertxs en vida.
La “inseguridad”.
A pesar de que todxs hablen de ella.
La “inseguridad” me da asco.
Me suena a discurso podrido.
Me da ganas de explotarlo todo.
Porque a mí sí me tocó la “inseguridad”.
Me la mandó esta sociedad podrida.
Está en sus entrañas, y es difícil de sacar.
Se instala causando muertes.
Y cuando hay muerte, hay dolor.
Porque compañerxs míos, estamos en guerra.
Me la declararon desde que nací y me dijeron que soy mujer.
Me la declararon desde que mi libertad tenía un límite: la cárcel.
Me la declararon desde que un amigo fue fusilado por este sistema capitalista
desigual y terrorista.
Que hace que nos ahoguemos en el terror.
Estado terrorista.
Que hace que convivamos con el miedo como si parte de la naturaleza humana fuera.
Que tengamos ese miedo hipócrita.
Ese que nos individualiza en vez de colectivizarnos.
Ese que nos encierra en vez de liberarnos.
Ese que nos opone en vez de solidarizarnos.
Pero por más que quieran asustarnos,
nosotrxs no tenemos miedo.
No tenemos miedo a la muerte, porque ya nos mataron de antemano.
Estamos muertxs en vida.
¿acaso es tan difícil de pensarlo, de sentirlo?
¿acaso no sabemos de que lado estamos?
A mi me mataron cuando era chiquita con todas sus normas.
A otrxs porque lxs dejaron solxs desde chiquitxs, abandonadxs.
A ellos porque los inundaron de precariedad, indignidad.
A nosotras porque nos obligaron a prostituirnos, nos violaron.
Claro que estamos en estado de inseguridad social.
Estamos en peligro de extinción constante porque parece que nadie nota que nacimos en un mundo podrido de cárceles, desigualdad, heterosexismo, violencia machista, discriminación, racismos, genocidios, femicidios, milicos y dictaduras.
Claro que estamos insegurxs de vivir en este inmundo sistema social.
Insegurxs de que la moda es que la seguridad cueste vidas.
La inseguridad es otra cosa a la que dicen.
Inseguridad es el Estado Proxeneta.
Inseguridad es el Sistema Policial.
Inseguridad es el Sistema Bancario Internacional.
Inseguridad es el Sistema Prostitucional y de Redes de Trata de mujeres y ninxs.
Inseguridad es el Capitalismo salvaje.
Inseguridad es este Sistema Total, Totalitario.
Por todo esto nos declaramos en resistencia.
Nos declaramos en estado de guerra.
Y nuestra mejor arma, es el amor a la libertad.
*** *** ***
Quien les escribe es amiga y vecina de Fabián Esquivel, fusilado el martes 18 de Enero de 2011 por el Sistema Social en que hoy vivimos Es el caso conocido en los medios de comunicación como: el crimen de Fabián Esquivel en manos de un menor inimputable. Y por el cual se reabrió el debate sobre la aprobación de la Ley de Baja de Imputabilidad. Repudio públicamente las declaraciones del neofascista de Mauricio Macri, del Radicalismo. Pero acá no hay individualidades abstraídas del mundo en que nacemos, o como les dicen, “pibes chorros” o “menores delincuentes”; acá hay estructuras sociales violentas que expulsan del sistema social a, como mínimo, la mitad de su población que vive en condiciones indignas de pobreza y bajo la tutela estatal. Estado que funciona, con suerte, como parche más que como resolutor de problemas.
De manera que de algo sí estoy segura: Yo no quiero más leyes del terror, ni leyes represivas ni baja de la edad de imputalidad porque la “inseguridad” no se resuelve con más violencia, más cárceles ni más milicos. Esas leyes son, ni más ni menos, que otra forma de la violencia. Porque ningún pibe nace chorro, y porque ellxs no son “peligrosos”, al contrario, están en peligro, así como lo estamos todxs mientras sigamos siendo cómplices de un sistema que sigue, en sus raíces, estando plagado de las normas del miedo y del terror. La “inseguridad” no es otra cosa que la inseguridad que promueve un sistema que, a menos que nos hagamos cargo, está basado en la muerte del “otrx” diferente, excluídx. Por eso hoy, me declaro en resistencia, en estado de guerra permanente.
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